En su nuevo y trascendente disco, Workin’ On A World, Iris DeMent se enfrenta al mundo moderno, tal como es ahora, con su catástrofe climática, enfermedad pandémica y epidemia de violencia e injusticia social, y no solo nos pregunta cómo podemos seguir trabajando por un mundo mejor, sino que nos implora que nos amemos unos a otros, a pesar de nuestras formas muy diferentes de ver. Sus canciones son su forma de sanar nuestros espacios interiores y exteriores rotos.
Con una voz inimitable, como la describió John Prine, “como la que has oído, pero no de verdad”, y melodías inolvidables enraizadas en los himnos, el gospel y la vieja música country, es sencillamente una de las mejores cantautoras de Estados Unidos, además de una de nuestras más feroces defensoras de los derechos humanos. Su disco debut Infamous Angel, que acaba de celebrar su 30 aniversario, fue nombrado recientemente uno de los “mejores álbumes country de todos los tiempos” por Rolling Stone, y los dos álbumes que siguieron, My Life y The Way I Should, fueron nominados a los GRAMMY. A partir de ahí, DeMent lanzó tres discos en su propio sello, Flariella Records, el más reciente de los cuales, The Trackless Woods (2015), fue aclamado como “un triunfo silenciosamente poderoso” por The Guardian. Las canciones de DeMent también han aparecido en el cine (True Grit) y la televisión (The Leftovers) y han sido grabadas por numerosos artistas. Recibió el premio Americana Music Trailblazer Award en 2017.