Una velada con Iris Dement

En su nuevo y trascendente disco, Workin’ On A World, Iris DeMent se enfrenta al mundo moderno, tal como es ahora, con su catástrofe climática, enfermedad pandémica y epidemia de violencia e injusticia social, y no solo nos pregunta cómo podemos seguir trabajando por un mundo mejor, sino que nos implora que nos amemos unos a otros, a pesar de nuestras formas muy diferentes de ver. Sus canciones son su forma de sanar nuestros espacios interiores y exteriores rotos.

Con una voz inimitable, como la describió John Prine, “como la que has oído, pero no de verdad”, y melodías inolvidables enraizadas en los himnos, el gospel y la vieja música country, es sencillamente una de las mejores cantautoras de Estados Unidos, además de una de nuestras más feroces defensoras de los derechos humanos. Su primer disco, Infamous Angel, que acaba de celebrar su 30º aniversario, fue nombrado recientemente uno de los “mejores álbumes country de todos los tiempos” por Rolling Stone, y los dos siguientes, My Life y The Way I Should, fueron nominados a los GRAMMY. A partir de ahí, DeMent publicó tres discos en su propio sello, Flariella Records, el más reciente de los cuales, The Trackless Woods (2015), fue aclamado como “un triunfo silenciosamente poderoso” por The Guardian. Las canciones de DeMent también han aparecido en el cine(True Grit) y la televisión(The Leftovers) y han sido grabadas por numerosos artistas. Recibió el premio Americana Music Trailblazer Award en 2017.

Workin’ On A World, su séptimo álbum, comenzó con la preocupación que despertó a DeMent tras las elecciones de 2016: ¿cómo podemos sobrevivir a esto? “Cada día se añadía un nuevo trauma a los viejos que se repetían, y yo, como todo el mundo, intentaba soportarlo todo”, recuerda. Volvió a una verdad que conocía desde niña: la música es medicina. “Mi madre siempre encontraba la canción que mejor se adaptaba a cualquier situación. A lo largo de mi vida, las canciones me han tendido una mano. Escribir canciones, cantarlas, grabarlas en discos, ha sido para mí una forma de tender esa mano a los demás”.

Con gracia, valentía y alma, Iris comparte 13 himnos -canciones de amor, en realidad- a y para nuestros mundos interiores y exteriores rotos. DeMent prepara el terreno para el álbum con la canción que da título al disco, en la que pasa de la desesperación a la promesa. “Ahora trabajo en un mundo que quizá nunca vea / Uniendo fuerzas con los guerreros del amor / Que vinieron antes y nos seguirán a ti y a mí”.

Convoca a varios guerreros de la justicia social, tanto del pasado como del presente, para lanzar mensajes de optimismo. “How Long” hace referencia a Martin Luther King, mientras que “Warriors of Love” incluye a John Lewis y Rachel Corrie. “Goin’ Down To Sing in Texas” es una oda no sólo al control de armas, sino también a los valientes que alzan su voz contra la tiranía y soportan las consecuencias en un mundo injusto. “Oía hablar mucho del arco de la historia que, según el Dr. King, se inclina hacia la justicia”, recuerda. “Tenía mis dudas. Pero entonces caí en la cuenta de que nunca dijo que el arco se doblaría mágicamente. Las canciones, a lo largo de la historia, han demostrado ser muy buenas dobladoras de arcos”.

Inclinándose hacia el interior, DeMent mete la mano ágilmente bajo la resbaladiza superficie de la política. Se enfrenta a la pérdida en la profundamente sincera “I Won’t Ask You Why”, al tiempo que fomenta la compasión por encima del odio en la sobrecogedora “Say A Good Word”. El cierre del álbum, “Waycross, Georgia”, abarca el final del viaje, dando las gracias a los que se encuentran en el camino. A medida que aborda temas como el envejecimiento, la pérdida, el suicidio y el servicio, se transmite un arco de compasión elevado a algo que va mucho más allá de las palabras. La delicada fiereza que encierra la fascinante potencia de su voz no ha hecho más que crecer con el tiempo.

Paralizado a medio camino por la pandemia, el disco tardó seis años en hacerse con la ayuda de tres amigos y coproductores: Richard Bennett, Pieta Brown y Jim Rooney. Fue Pieta Brown quien dio el empujón final al disco. “Piedad me preguntó qué había salido de las grabaciones que había hecho con Jim y Richard en 2019 y 2020. Le dije que había renunciado prácticamente a intentar grabar un disco. Me preguntó si me importaba que ella lo escuchara. Así que hice que le enviaran todo lo que habíamos hecho, y no mucho después recibí un mensaje de texto, lleno de signos de exclamación: “¡Tienes un disco y se llama Workin’ On A World!””. Con Bennett de nuevo en el estudio con ellos, Brown y DeMent grabaron varias canciones más y dieron los toques finales al disco en Nashville en abril de 2022.

El resultado es un álbum esperanzador, con brillantes destellos de conmovedor humor y edificante ternura, que dice la verdad, “de la forma en que la verdad es siempre esperanzadora”, explica. Reflexionando sobre la letra de la canción “The Sacred Now” (“mira estas paredes / vamos a derribarlas / no es un sueño; ahora es lo sagrado”), DeMent recuerda a Jesús diciendo que el Reino de Dios está dentro de ti y al monje activista budista Thich Nhat Hanh diciendo que la rosa está en el abono; el abono está en la rosa. En Workin’ On A World, Iris DeMent demuestra que las canciones son la sanación y que la sanación surge a través de la canción.